José María Mijangos

"Entre los años 1930 y 1960 la novela popular se erigió en el exponente principal de la cultura del ocio en España, y fue equiparable e, incluso, superior a los mítificados pulps norteamericanos. ¿Qué nombres, qué personas, qué vidas se escondían tras los seudónimos y las obras de gente como Marcial Lafuente Estefanía, José Mallorquí o Corín Tellado? Esta obra sarcástica, divertida, conmovedora y magistralmente escrita deslumbra por la capacidad del autor para la caricatura. Una novela escrita de motu propio sobre la vida de los escritores por encargo."
(Edit. promo)

La increíble vida de Edelmiro Esteban, escritor por encargo reza el subtítulo de la cubierta.Nunca he podido entender cómo se afana la peña ante las novelitas baratas en los contados puestos que aún las venden o intercambian los domingos en la Plaza Nueva. Sin embargo, leyendo esta novela, se puede vislumbrar un poco el porqué: durante la triste época de la posguerra no parece que hubiera más forma de escapar de la realidad que leer esas cutreces y oír la radio (que también sale en el libro en forma de una improbable consultora sentimental llamada Esmeralda: "El servicio jurídico del programa nos ruega que dejes el nombre y la dirección de tu amado para tener una charla con él")
La novela trata sobre uno de estos escritores. (spoiler) Cuando la librería en la que curraba echa el cierre, se ve con una mano delante y otra detrás mientras su colérica mujer (consigue hacerse odiosa) le recrimina lo inútil que es. Empieza a escribir chistes para un artista de medio pelo (otro que consigue hacerse odioso) y acaba por escribir dos novelas, un serial para la radio y otro para un periódico por semana. El público lo aclama y se hace con un estilo reconocible y personal.(/spoiler)
La historia del escritor de novelillas se nos presenta de forma paralela al koitteu que lo descubre mientras trabaja en una librería de baratillo. El paralelismo entre sus vidas es demasiado obvio como para pasarlo por alto. Unas vidas marcadas por el sinsentido y por la mera inercia de seguir p´alante que contrastan con las aventuras que viven los personajes de las novelitas de leer y olvidar. Unas vidas anodinas y llevadas sin gracia que acabarán truncándose en desgraciadas cuando una serie de movidas chungas se concatenen por casualidad.
El libro está escrito en un tono bastante sarcástico, con un cierto deje barroco en el hablar y un tono un poco demasiado graciosilllo a veces, pero aún así, se trata de una novela "madrileña" que se lee bastante bien (no sé por qué pero me recuerda un poco a "Sed de champán" de Montero Glez).
En la solapa de la cubierta presentan al autor como "un gran vendedor de libros" porque trabaja en la sección de librería de una gran superficie
Un detalle: el dibujo de la cubierta es de M. A. Martín… (more)