Del obispo Orozco y Jiménez al Obispo Samuel Ruiz
De Felipe de Jesís a Monseñor Schulenberg

Ya sea con la aprobación de muchos o con el desagrado de algunos; con la indefinición de unos y con las dudas de otros, es frecuente oír hablar acerca de los CAMBIOS en la Iglesia.

La Visión oficial de que en realidad no hay cambios, porque el ritual de ahora es equivalente al anterior, tranquiliza a las mayorías. Sin embargo, en muchos fieles la incertidumbre no desaparece del todo. Y surge la pregunta: ¿Estos cambios (que hasta hace poco parecían incongruentes), son preparación para otros y hasta dónde van a llegar?

Este libro menciona hechos ocurridos durante los últimos 90 años. Seguramente conocerlos en panorámica será útil a los lectores interesados en el tema.

Prólogo
En este libro el lector encontrará un alud de interesantes informaciones. Desde párrafos básicos de Encíclicas o declaraciones de prelados, hasta crónicas de especialistas o comentarios de politólogos.

Se expone aquí un panorama de hechos que se han venido sucediendo durante un siglo. Como acostumbra hacerlos, Borrego hurgó en cientos de diversas fuentes y ha armado un complejo rompecabezas. Lo ha hecho, según él acostumbra, con diáfana sencillez.

Los católicos, de cualquier matiz que sean, encontrarán en “Acción Gradual” un valioso material informativo.

Es bien sabido que una de las virtudes de la inteligencia es saber encontrar —entre hechos muy diversos y distantes— la sutil relación que los une. El autor ha logrado hacerlo, y así llega a la síntesis donde toma sentido lo difícil y complejo.

Lic. Otilia Benítez


Introducción
Aprovechándose de una Nueva Evangelización (que acentúa la “preferencia por los pobres”), seguidores del “Modernismo” brotaron por todas partes para abrazarse a la “praxis marxista”, como si ésta fuera realmente el camino para la” reivindicación de los pobres”. Fue un estallido de oportunismo de mala fe, secundado por algunos de buena fe. Plantearon que, si se trataba de luchar por los desheredados, ahí estaba el comunismo, que precisamente proclamaba defender al proletariado. Es decir, a los más pobres.

Colosal acrobacia de engaño, pues en ninguna parte el Comunismo ha beneficiado a los pobres. Donde quiera que ha puesto su pie los ha vuelto más pobres, y algo peor: también los ha empobrecido espiritualmente. Pero, simplemente, esa realidad la pasan por alto los neo-modernistas (o “progresistas”), y tienden puentes entre círculos católicos y marxistas.

En el fondo ha sido un movimiento realizado desde dentro de la misma Iglesia para combatirla en forma Gradual. El nuevo y progresivo asalto tomó a muchos católicos por sorpresa y los ha engañado o les ha causado desconcierto y divisiones.

De la época en que decirse católico era suficiente, se pasó rápidamente a otra en que surgen las siguientes preguntas: ¿Católico de cuáles?… ¿Preconciliar, posconciliar, tradicionalista 100%, tradicionalista “light”, lefebrista, sedevacantisra o qué?

La borrasca no amaina aún. Sin embargo, por lejos que pueda llegar, terminará evaporándose, y quedará —más claro que nunca— Quién es el Camino, la Verdad y la Vida.