"Los caballos soportan el Norte peor que los humanos."

Shalámov experimenta en su piel el rodillo imparable de Kolimá que avanza inalterable dejando un reguero de muerte y miseria humana a su paso. Los presos como el autor, condenados por motivos políticos, son cadáveres con piel. El último escalafón dentro del entramado penitenciario soviético. Son unos pacientes terminales que se ven engullidos por la inmensa, abrumadora y despiadada taiga rusa.

“Y al cabo de una semana lo comprendí, y me estremecí de miedo y de alegría. De miedo porque me espantaba regresar a un mundo para el que se me habían cerrado las puertas de retorno. Y de alegría, porque comprobaba que la vida volvía a mí ajena a mi propia voluntad.”

Una lectura deliciosa. No sólo por lo que dice sino también por como lo dice. Cada sentencia, cada palabra destila fuerza, un gran vigor expresivo. Ideal para una intensa tarde lluviosa. Degústese lentamente acompañado de un sabroso café o té. ( )