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El lector verá cómo las religiones: (1) motivan que se cometan actos violentos, indignos, discriminantes e hipócritas; (2) embrutecen los sistemas educativos; (3) hacen que los padres maltraten a sus hijos; (4) laceran la doctrina de separación entre la iglesia y el Estado; (5) embrutecen los pensamientos de las personas; (6) embrutecen el Derecho. El lector también verá que ni los dioses, ni las divinas vírgenes paridoras de muchachitos, ni los poderes sobrenaturales existen. Además, el lector verá que la historia del clavado Jesucristo es un embuste milenario. Igualmente, el lector podrá ver varias explicaciones científicas que demuestran que las creencias en los inexistentes dioses y en los poderes sobrenaturales son unas acciones sin sentido que, en muchas ocasiones, son demostrativas de enfermedades mentales. En definitiva, el que lea este libro se percatará de que las embrutecedoras religiones son fraudes legalizados.